Bajo una política de «tolerancia cero» a la corrupción, la alcaldesa advierte que la nómina municipal es una bomba de tiempo que amenaza con colapsar los servicios públicos.
APATZINGÁN, MICHOACÁN. — En lo que representa el desafío más grande de su administración hasta la fecha, la presidenta municipal de Apatzingán, Fanny Arreola Pichardo, compareció ante los trabajadores del Ayuntamiento para exponer la fractura con la dirigencia sindical. El conflicto, que ha derivado en la toma de instalaciones oficiales, surge tras la negativa del gobierno local de continuar con la entrega discrecional de bases laborales y el uso de licencias médicas presuntamente apócrifas.
El fin del «reparto de cuotas»
En un ejercicio de transparencia poco común en la política regional, la alcaldesa reveló que se le propuso mantener la inercia de administraciones pasadas: un intercambio de plazas para el sindicato a cambio de beneficios para su equipo cercano.
«Lo más sencillo era arreglarme con ellos. Treinta bases: quince para ti y quince para mí», declaró Arreola Pichardo. Sin embargo, enfatizó que su gestión optó por el camino de la legalidad, frenando la capacidad de la dirigencia para actuar «a su antojo» dentro de la estructura municipal.
Viabilidad financiera en riesgo
La magnitud del problema no es solo política, sino aritmética. De acuerdo con reportes financieros previos de la región Tierra Caliente, Apatzingán ha arrastrado un déficit histórico en sus participaciones federales debido al peso de su burocracia. Actualmente, el municipio cuenta con 1,353 trabajadores, una cifra que la alcaldesa calificó como insostenible.
«Cada base multiplíquenla por dos… el municipio va a colapsar si seguimos así», advirtió.
La postura de Arreola es que el presupuesto debe priorizar los servicios para los 125,000 ciudadanos de Apatzingán y no agotarse en el mantenimiento de una estructura sindical que, según denunció, ha intentado utilizar «licencias médicas» con fechas de mayo y septiembre para justificar ausencias y defraudar al erario.
Un Cabildo sin fisuras
A diferencia de otros conflictos gremiales donde la oposición suele aprovechar la coyuntura, este lunes la alcaldesa mostró un bloque monolítico de gobernabilidad.
Regidores de diversas extracciones políticas (incluyendo a Marisela Cruz Lara, Julia Lila Ceja, Miguel Ángel Lombera y Carlos Ramón Maldonado) y el síndico Francisco Aguilar, se mantuvieron presentes, validando las decisiones de austeridad tomadas por la presidencia.
Pese a la presión ejercida por los grupos que realizaron la toma del edificio municipal, la mayoría de los empleados presentes cerró el acto con una ovación a favor de la alcaldesa, reconociendo el riesgo que corre la estabilidad económica de sus propias familias si el municipio llega al impago por exceso de personal.
Contexto de la toma
Medios locales han reportado que la parálisis administrativa ha afectado trámites ciudadanos esenciales en vísperas del cierre de año. No obstante, el gobierno municipal ha sido enfático en que no cederá a chantajes que comprometan el patrimonio de los apatzinguenses, manteniendo abierta la vía legal para sancionar la toma indebida de los espacios públicos.
